sábado, 24 de octubre de 2009

El nacimiento de la conciencia

“Mirada perforante como la de un león, fiereza incontrolable como la de un rayo, fuerza imparable como la de un huracán y sentimientos sin control como desquiciado.
Se mueve sin rumbo por el mundo, no posee ataduras a su persona. Es un ser que canta con libertad, un hombre que vive todo momento.
Débil como una flor, impenetrable como el acero.
Es un hombre que ve la belleza incluso en el sufrimiento, es un hombre que todo lo aprovecha para crecer.
Es una persona completa que ni se molesta en mirar atrás.
Es mayor que cualquier otro, y es el último en todo lo que hace.
Pacífico como un Buda, loco como Zorba y receptivo como el mayor Poeta.
Es un hombre que camina con paso firme, que no se sienta a calcular nada, que se juega el todo por el todo, que vive como si nunca fuera a morir y como si muriera a cada momento”

No hay comentarios:

Publicar un comentario