viernes, 13 de noviembre de 2009

Un momento de Catarsis

La inspiración puede venir de varios lugares… puede surgir del amor… de la belleza… de la luz… o bien puede surgir del odio… de la tristeza… de la oscuridad.
Sea lo que fuere lo que la origina, es la pluma del poeta quien moldea su estructura… la inspiración se convierte en letra… en pintura… en danza.
Cuando la oscuridad reclama lo que es suyo… cuando choca contra nosotros y nos desgarra desde dentro… en esos momentos en los que nos aferramos a lo trivial… a lo vano para sentirnos un poco más felices… nos hemos convertidos en jueces que deciden qué es lo bueno y qué es lo malo.
Momentos como éstos me causan pavor… me hacen temblar… doblegan mi espíritu y nublan mi mente.
Surge inspiración desde mis entrañas pero no puedo ver de donde proviene, si de la luz… o de mi oscuridad. Si del amor… o la tristeza…
Una lagrima amarga asoma salir… pero mi cuerpo rechaza su liberación… ahoga su intento de vivir y lo reprime en mi corazón causándome otra herida.
Una sonrisa se dibuja en mis labios… una sonrisa cargada de pesares y penumbras… una sonrisa que se ha convertido en mí llorar con el paso del tiempo.
Y es que incluso la felicidad tiene su lado triste. Incluso en la belleza de la poesía se puede encontrar la tribulación.
A veces la inspiración nos llega de varios lugares… a veces son hermosos… a veces peligrosos… ¿pero quien soy yo para negar su expresión? Si soy solo el hombre que le da forma y la carga con sus pesares para convertirla en la nota que leen hoy.

jueves, 12 de noviembre de 2009

¿Poesía?

¿Cómo escribir sobre un romance si nunca has vivido uno?
¿Cómo escribir sobre un misterio si no crees que existan?
¿Cómo escribir sobre un drama si te niegas a llorar?
¿Cómo escribir una poesía si no crees en la belleza?
¿Cómo describir el llanto si nunca has visto una lagrima?
¿Cómo describir la risa si nunca has sido feliz?
¿Cómo describir el alma si nunca las has encontrado?
¿Cómo describir el amor si tienes un corazón egoísta?
¿Cómo escribir sobre un sueño si te niegas a dormir?
¿Cómo escribir un cuento si uno nunca estuvo atento?
¿Cómo escribir sobre la mente si nunca la has visto en silencio?
¿Cómo escribir sobre el cielo sin admitir que eres un pecador?

sábado, 7 de noviembre de 2009

Una historia chocante

No me canso de leer las mismas historias una y otra vez, siempre puedes encontrar en ellas algo nuevo y maravilloso que aporte a tu vida.
No me canso de leer las mismas historias, las tragedias y desamores, el desencuentro y la aberración de perderlo todo por un mismo motivo.
Y es que muchos de los grandes artistas han perdido su don al haberse enamorado.
¿Será que el destino de aquel que decide dedicar su vida a embellecer el mundo tener una vida horrible?
Es difícil imaginar una persona que no ame, es difícil imaginar un artista que no se haya enamorado, así sea de su arte…
¿Cómo podemos confiar en las palabras del poeta si en su interior solo hay vacío?
¿Es cierto que el amor es el asesino del arte? Pues para mí es todo lo contrario.
Quien no ama sus obras es un hombre dedicado al fracaso, quien no ama a su familia, a sus amigos, es un hombre destinado a la miseria… ¿Cómo podría entonces salir algo hermoso de un hombre que se está pudriendo por dentro?
Por eso insisto… no me canso de leer las mismas historias una y otra vez, las historias de desamor, de tragedia, de alegría también, de dicha, de esperanza.
No me canso de leer las biografías de aquellos grandes hombres que me inspiran hoy en día… de cómo llegaron a ser lo que fueron… de cómo algunos sufrieron y perdieron mucho por dedicarse a lo que amaban.
Es cierto… a veces uno pierde el talento para el arte… porque su talento nunca fue el arte… su talento fue el amor.
Me gusta representarme como este ultimo tipo de personas… aquel tipo de persona que vive de lo que ama… parafraseando a un cantante actual “No se puede vivir del amor” yo opino todo lo contrario… no hay otra forma de vivir que no sea amando… amando lo que se fue, lo que se es, y amando lo que se será… porque para el amor como para la vida no existe el tiempo.

viernes, 6 de noviembre de 2009

Frenesí

Frenesí carnívoro-destructor… Así catalogo a mi forma de ser… Un desquiciado que pelea por lo que quiere, llevándose consigo lo que encuentra en su camino… Decidido, despiadado, impredecible e incontrolado… Vestido de oveja la mayor parte del tiempo, soy un lobo al acecho de la presa perfecta… El mundo me ha hecho así, me ha convertido en lo que soy hoy… Con mi carácter y mi forma de ser, con mi templanza y mi paciencia que parecen no existir… Soy el hombre que observa la luna con amor en sus ojos, agradecido que cada día de se me permite luchar por mi existencia una vez más…
Astuto, manipulador, calculador… Mi careta ante los demás… Esperanzado, comprensivo, observador… Es mi manera de plantar cara contra todo lo que día a día azota mi verdad… Son miles de demonios golpeando contra mi puerta… Son miles también las cosas por las que vale la pena no ceder…
Intento y yo se que puedo, acabar con la rivalidad, pero de que serviría vivir en un mundo donde el sentido de las cosas desapareció con nuestra realidad… incomprensible, sincero, engañoso y revelador… Es el corazón de un luchador que lo ha dado todo por morir luchando, incluso su propia vida…

martes, 3 de noviembre de 2009

Vestigios de un todo unificado

“El calor abrumador de una noche sin recuerdos, de sentimientos pasajeros y terminaciones nerviosas mal funcionales… un despertar incómodo, un mal pasaje por el sendero de la vida… pisadas mal dadas, vislumbres pasados que no llevan a nada, un tal vez, un por qué, un si, un no… es el sentir de la brisa sobre tú cuerpo, el éxtasis de estar solo y acompañado en todo momento, es el movimiento imparable de tu cuerpo eufórico, de tu estado alterado de percepción… es el caminar despierto por la avenida a media noche y estar dormido al mismo tiempo por la mañana… es el observar y el ser observado, es la revolución armada por un medio pacifico… es un horrible sueño de una noche de verano.”

La vida como una carretilla

Yo veo la vida como un montón de personas que viajan a través de ella con una gran carretilla a cuestas… cargan en ella sus triunfos, sus pesares, su dinero, sus amores, su odio, sus males…
De pequeños nacemos con las manos vacías… y al final de nuestros días nada nos llevaremos…
Pero instruimos al niño a que se compre una carretilla… cómprate la mejor, la más grande, la más lujosa; de esa manera podrás cargar mas premios, podrás cargar mas sueños, mas poder…
Usamos nuestra ambición como carretilla para cargar con lo que tenemos, con lo que conseguimos, con lo que nos dan… algunos nos dan amor, nos dan alegría… otros nos dan rocas, nos dan odio, nos dan pesares…
Y así vamos, con nuestra carretilla a cuestas llevando todo lo que en nuestra vida hemos cargado… a veces observamos el interior de nuestra carretilla… analizamos lo que tenemos, lo que tuvimos… lloramos, extrañamos, anhelamos
Nos sentimos abrumados de tener tanto peso que cargar con nosotros… pero en cuanto vemos a alguien con su carretilla más cargada nos convertimos en competidores… y comenzamos a llenar nuestra carretilla más y más con falsedades.
La gente se burla de los que tienen poco en su carretilla… desprecia a los que tienen mucho en ella… y al observar su propia carretilla desean cambiarla por otra.
Pero nadie nos ha dicho que no necesitamos una carretilla… pues no necesitamos cargar nada… al cargar con ella perdemos libertad… no podemos subir las grandes colinas con una carretilla cargada de rocas. No podemos disfrutar de nada porque constantemente tenemos que sacar viejas cargas para colocar nuevas cosas… y cuando sacamos algo de nuestra carretilla nos entristecemos porque no lo recuperaremos jamás.
Nunca disfrutamos nuestros logros… solo los cargamos con nosotros para que los demás vean que nuestra carretilla no está vacía… así sea infelicidad lo que llena nuestra ambición… así sean solo rocas lo que cargamos nos sentimos orgullosos, porque pensamos que es malo tener nuestra carretilla vacía.
Nunca pudimos ver a aquellos que se han librado de sus cargas y viven en lo alto de la colina porque nunca llegaremos a la cima de nada… solo lograremos tener una carretilla más y más pesada… una carretilla que en el final de nuestros días quedara de lado y nadie llevará consigo… una carretilla que no trae ningún beneficio… solo es un intento de pared que contiene nuestros miedos… pero que gracias a ella no podemos disfrutar de la emoción de vivir en el temor y en la hermosura de la vida… gracias a nuestras carretillas jamás llegaremos a disfrutar de lo que es bailar en la colina.